viernes, 18 de mayo de 2007

Un mundo infeliz


Estudió arquitectura en Cracovia, pero en su primera etapa, se dedicó a la fotografía: arrugas, gente sin rostro, vendas. Poco después tuvo un breve período de pintura abstracta en los años 60, pero en seguida mutó hacia lo que llamó "fase fantástica". Un mundo desvastado, perturbador, con escenas de muerte y decadencia, mutantes, cementerios, figuras deformadas, esqueletos, crueldades. Él creía que tenían su costado humorístico. En los 80 continuó con la misma línea, aunque quemó muchísimas obras que no consideraba terminadas. Luego más surrealismo, la famosa serie de cruces, los cuerpos retorcidos. Hasta descubrió el arte digital. Pero el entusiasmo duró poco: su hijo Tomasz se suicidó en 1999. En 2005, el artista Zdzisław Beksiński fue asesinado en su casa de Varsovia: el hijo de su asistente, a quien le negó un préstamo, lo mató de 17 puñaladas. Odiaba el silencio, pintaba escuchando música clásica a todo volumen, y jamás tituló ninguna de sus obras.