domingo, 30 de marzo de 2008

El genio sencillo


Trabaja y vive en Glasgow, Inglaterra. Sus viñetas aparentemente autoreferenciales tienen algo de (falsa) ingenuidad buscada y mucho de inquietante. Se podría decir que trabaja un minimalismo fantástico. Y que sus temas favoritos son él mismo, el odio, el tedio y la violencia. Pero resulta imposible encasillarlo: también es escritor, escultor, fotógrafo pintor; como animador, hizo un video hermoso para Bonnie Prince Billy. No hay nadie como él: David Shrigley.

jueves, 27 de marzo de 2008

Imitación de la vida


Dice que creció en una familia política de Florida, que debutó como cantante a los 9 años con Pavarotti, y poco después formó parte de una banda musical de púberes estilo Menudo que fracasó antes de empezar. A los 21 años, partió a Europa a ser modelo. A los 30, se dedicó de lleno y casi exclusivamente a pintar, aunque lo había hecho durante toda su vida. Obsesión por la juventud, cuestionamiento de la belleza y el confort, la negación de la madurez, el cuerpo como grotesco, la obscenidad, los estereotipos del mundo gay, el dolor, el aburrimiento doméstico. Todo eso en los pasteles rococó cruzados con pop de las pinturas de Barnaby Whitfield. Blog archivo aquí.

jueves, 20 de marzo de 2008

Niños en el tiempo


"Mi trabajo se focaliza en el constante deseo social de asignar "cuteness". Esto con frecuencia sirve para convertir a algo en inocente y atractivo, por lo tanto, no amenazante. Quizá esto nos permite reconfortarnos. Mis preguntas están basadas en el disconformismo del "¿y si?". ¿Y si estas criaturas tuvieran otras ideas? ¿Si conocieron algo que no queremos ver? Los personajes evocan una reacción nostálgica que refleja aislamiento, miedo e incertidumbre. Inspirados en los tempranos retratos americanos que representaban chicos como pequeños adultos en una nueva tierra idealizada, en un misterioso y valiente nuevo mundo". Así habla la ilustradora Katie Olivas de su inquientante y hermoso trabajo.

domingo, 16 de marzo de 2008

El bosque sacro de Viterbo


Se llama también el Parque de los Monstruos, y lo mandó construir a Pirro Ligorio --a partir de sus propios diseños-- el duque Vicino Orsini a mediados del siglo XIV, poco después de la muerte de su esposa, Julia Farnese. Hoy está cuidado y preservado, pero sin embargo parece abandonado. Las estatuas manieristas, que no son bellas porque Orsini, un condottiero jorobado, quería impresionar --no deleitar-- aparecen entre los árboles como fantasmas brutos: una esfinge, un orco, el dios del mar. El significado, orden y relato de las estatuas es un misterio. Manuel Mujica Láinez quiso develarlo en su novela Bomarzo. Más imágenes acá, y para visitar, por aquí.