sábado, 13 de noviembre de 2010

Gótico californiano


A lo mejor porque nació y creció en West Palm Beach, su obra es tradicional en manufactura, estilo y temas: las esculturas como piezas del culto católico, las iglesias de la noche, las niñas perdidas, la muerte y la doncella. Una recreación del romanticismo europeo. Pero California se le cuela en los vestidos rojos, en los payasos locos, en esas palmeras y autorretratos y referencias pop. Los dos mundos de Edward Walton Wilcox.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Superproducción


No quiere limitaciones: si su escultura falsamente naïve y profundamente bestial parece su terreno favorito, también es sumamente importante el dibujo --influenciado por los maestros del giallo italiano, los comics underground de los años '60 y la ilustración japonesa antigua--, la pintura, las perfomances, los fantásticos videos con Alasdair Brotherson y hasta la música para el proyecto creativo del escocés Jock Mooney.

domingo, 31 de octubre de 2010

Desfigurar


El rostro como máscara. Acabar con el rostro para encontrar otra identidad: desfigurar para encontrar. Esos rostros que se descomponen --esos cuerpos también-- remiten a la transmutación final, la de la muerte, que debe ser recordada, mirada sin anestesia, quien no la conoce no puede conocer el placer, dice el artista. Una perfomance acá, otras acá, y todo el trabajo --sus esculturas, sus textos, sus pinturas del francés nacido en Africa Olivier de Sagazan en su sitio.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Angelitos negros


Después de que murió su hija, cuando era una niña pequeña, se obsesionó con la muerte. Y siendo mexicana, tenía muchas oportunidades para encontrarse con la calavera: en duelos, cementerios, disfraces, entierros, incluso en un hombre medio comido por animales que encontró, muerto, en un cementerio, una de sus imágenes más potentes, a la que le tuvo miedo y permaneció inédita durante años. También fotografió la muerte fuera de su país, visitando las casas de agonía en India. Un buen día su dolor se apaciguó y con él la obsesión, pero siguió sacando fotos hermosas: de pájaros, de reinas de las iguanas, de mujeres ángeles. El orgulloso dolor de Graciela Iturbide.

martes, 14 de septiembre de 2010

Invisible Shadows


Es el más famoso artista alemán, quizá el pintor más importante del mundo. Aunque desafía las clasificaciones, se puede decir que su marca es la cercanía de sus pinturas con la fotografía: muchas parecen fotos movidas. Es tan grande que a veces es posible olvidar que su tía, nacida con capacidades diferentes, murió en un campo de eutanasia de Hitler. O que escapó con tan solo una valija de su Dresden natal, en los '60 todavía Alemania del Este. O que alguna vez dijo que sólo cree en nada. O que puede hacer vitrales y pinturas abstractas, pero pocas cosas le salen tan bien como los niños, las calaveras, las velas y la muerte. El genio: Gerhard Richter.

sábado, 3 de julio de 2010

Tell Them Everything You Want


En 1963, redefinió lo posible en literatura infantil con Where The Wild Things Are, un viaje a las emociones, la confusión y el desconcierto de la niñez. Con más de 80 años, dice que no tiene pasión por la infancia, que su trabajo fijado en ese momento de la vida es más bien una disfunción, una peculiaridad. Vivió un escándalo en los años 70 por dibujar a un niño desnudo en uno de sus libros. Por eso tardó treinta años más en salir del closet: sabía que no había carrera posible para él si contaba que era gay. Alguna vez dibujó al niño Charles Lindergh Jr., y lo puso en sus libros. La foto de ese famoso bebé muerto, asesinado a los 20 meses de edad, había hechizado su infancia. Allí se quedó su imaginación, cree: en la posibilidad de morir demasiado joven. La edad sin inocencia según Maurice Sendak.

domingo, 2 de mayo de 2010

I Fall To Pieces


Trabajo con catálagos de peluquería y con revistas de moda y para mujeres --especialmente para adolescentes-- en sus collages ultraviolentos y tan graciosos. Para sus objetos prefiere las muñecas, y todo lo que usa lo encuentra en la calle, desechado. También, muy de vez en cuando, hace ilustraciones llenas de fantasmas y noche. Toca en la banda Mueran Humanos, vive entre Berlín y Barcelona, nació en Buenos Aires. La jocosa crueldad de Carmen Burguess.

domingo, 11 de abril de 2010

Elogio de la locura


Durante más de cincuenta años, los hospitales de salud mental norteamericanos fueron el orgullo de la nación. Hacia 1948, alojaban a medio millón de pacientes. Pero desde entonces, el uso de drogas psicotrópicas y la mala fama de las internaciones --la idea de que el manicomio era un lugar de horror, castigo y pesadilla-- fue dejando vacíos a estos magníficos edificios. Y así, abandonados --muchos de ellos ya demolidos, conservados solo en la imagen-- los fotografía Christopher Payne: paredes que guardan historias de dolor y abuso, pero también de refugio y curación.

domingo, 28 de marzo de 2010

El obsceno pájaro de la noche


En una cultura que evita demostrar sentimientos, él hizo una elaboración detallada y larga del duelo. Empezó su trabajo más importante en 1976, y le llevó diez años, los mismos que le costó recuperarse de su divorcio. El dolor y la soledad quedaron representados por cuervos que fotografió con auténtica obsesión. Luego de publicar el libro The Solitude of Ravens, estuvo sin trabajar un tiempo. En 1991 se cayó, intoxicado, de una escalera de su casa. Entró en coma. Y sigue en coma hoy, casi veinte años después. Los heraldos negros de Masahisa Fukase.

viernes, 12 de febrero de 2010

People That Once Were Alive


En el siglo XIX, Charles Van Schaick tomó una serie de fotografías en el pueblo de Black River Falls, Wisconsin. Lo que las imágenes mostraban era lo duro de la vida rural en la crisis económica de 1890, además de las presiones que las enfermedades --físicas y mentales--, el crimen y la creciente urbanización estaban ejerciendo sobre la gente de la comunidad y de todo el Medioeste de los Estados Unidos, pero también la intimidad, la vida cotidiana, pequeñas bellezas. En 1973, Michael Lesy las recopiló para un libro llamado Wisconsin Death Trip y le agregó noticias de diarios, que completaron el retrato sombrío de un pueblo donde las mujeres se suicidaban por la tristeza de perder a sus hijos y los hombres por perder sus trabajos. Niños muertos, encantadoras de serpientes, extrañas mujeres con casquetes blancos, mujeres aterradoras, todo adquiere sentido en el libro, que no tiene miedo de invocar al pasado.

lunes, 8 de febrero de 2010

Sin vida


Como niña que creció en el sur de Estados Unidos preserva esa mezcla de magia y podredumbre de su tierra natal, un espacio mitológico que es gótico, que es blues, que parece detenido en el tiempo --aunque no lo esté, pero sus artistas parecen capaces de encontrar ese instante detenido, que siempre huele igual. Y las muñecas, con su imitación de la vida, juguetes de la infancia que tan fácilmente se convierten en objetos de horror son casi ideales para expresar lo siniestro y lo perverso del tiempo quieto. Las fotografías de Lindsay Brice.

viernes, 1 de enero de 2010

Pensando en ti



Una vez, hablando de una pintura sobre sus abuelos, dijo: "Quería que todas mis lágrimas fueran a parar a un balde, así no se desperdiciaban. Pensé en recoger mi dolor y hacer algo con él. " Y eso hizo no solo en esa pintura, sino en muchas más. Arte autorreferencial donde aparece la familia, el odio por su padre, su condición sexual, una madre amada y distante. Las influencias de su neoexpresionismo años '80 van desde compatriotas como Frida Kahlo hasta los retablos religiosos pasando por el simbolismo y algo del surrealismo más famoso. Influencias predecibles, se dirá, pero él lograba aplicarlas a un mundo tan dolorosamente propio que no se parece al de nadie más. Murió a los 46 años en 2006, de un aneurisma cerebral, cuando volvía a su casa en Monterrey, México. Amar y sufrir según Julio Galán.