lunes, 8 de febrero de 2010

Sin vida


Como niña que creció en el sur de Estados Unidos preserva esa mezcla de magia y podredumbre de su tierra natal, un espacio mitológico que es gótico, que es blues, que parece detenido en el tiempo --aunque no lo esté, pero sus artistas parecen capaces de encontrar ese instante detenido, que siempre huele igual. Y las muñecas, con su imitación de la vida, juguetes de la infancia que tan fácilmente se convierten en objetos de horror son casi ideales para expresar lo siniestro y lo perverso del tiempo quieto. Las fotografías de Lindsay Brice.