
Desde los años sesenta, investiga los terrenos del
sadomasoquismo y la
mutilación; el cuerpo dolido, vencido, en pedazos. Dice que cuando era chico, vio cómo una niña era decapitada en un accidente de auto, frente a su casa. Y que esa imagen es su obsesión, la que lo decidió a ser fotógrafo. Desde adolescente que fotografía a personas con
deformidades y problemas mentales. Más tarde comenzó con
cuerpos muertos. Él enumera: ''
Enanos, gigantes, jorobados,
transexuales antes de la operación,
mujeres barbudas, gente con colas, cuernos, alas, pies o manos dados vuelta, cualquiera que haya nacido
sin brazos,
piernas, ojos, pechos, genitales, orejas, nariz labios. Toda la gente con genitales inusualmente grandes. Todo tipo de
extrema perversión visual. Hemafroditas y teratoides, vivos o muertos. Cualquiera que tenga las heridas de Cristo". La verdadera naturaleza de
Joel-Peter Witkin se reveló cuando entró a la
morgue en los años ochenta.
Sofisticación formal, influencias de Rembradt,
banquetes de lo horrible. Witkin dice que su trabajo es sagrado: que él recibe, ama y
encuentra belleza en todos, incluso en los cuerpos podridos y decapitados, como San Francisco de Asís cuando besaba llagas purulentas. Cinntra Wilson lo llama "un perfecto perverso".
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