jueves, 22 de mayo de 2008

Martirio


A los 19 años le diagnosticaron ezquizofrenia paranoide. A los 30, después de estudiar Bellas Artes y abandonar la medicación psiquiátrica, se encerró en su departamento de Madrid. Durante 20 años fotografió con exquisita técnica --que recuerda al tenebrismo de Caravaggio-- su propio cuerpo, sometido a ayunos extremos, laceraciones, quemaduras, humillaciones, todo dictado por su irrefrenable deseo autodestructivo. Las fotos llegaron a través de un amigo a manos de galeristas franceses que lo convirtieron en una celebridad, y en uno de los ejemplos más controvertidos de los límites del arte contemporáneo y los usos de la subjetividad. David Nebreda por sí mismo.