jueves, 29 de mayo de 2008

Humanidades


Nació en Australia, y empezó su carrera como titiritero: trabajó para la película Laberinto, y para Jim Henson. Pero en algún momento, sintió un deseo decidido de crear esculturas hiperrealistas de cuerpos humanos. La primera se llamó Dead Dad, y fue una reproducción enorme de la imagen de su propio padre muerto. Y desde entonces monta a sus gigantes en muestras que reflejan distintos estados e incomodidades: el parto, la vejez, la soledad. Cuerpos al detalle según Ron Mueck.