viernes, 2 de mayo de 2008

Arte decorativo


Frederik Ruysch fue anatomista y botánico, y vivió casi cien años, entre 1638 y 1731. Fue uno de los primeros en preservar tejido humano con técnicas propias, pero además le gustaba armar belleza con los restos: así en su gabinete de curiosidades artesanal tenía muchos dioramas: usaba esqueletos de fetos, les agregaba paisajes con piedras renales, arterias endurecidas como troncos de árboles, los vasos más delicados de los pulmones como pasto. Algunos de los esqueletos fetales usaban una suerte de pañuelos hecho de delicadas meninges. También decoraba especímenes en frascos que flotaban en el líquido que los preservaba. Nada de esto se conserva hoy día, sólo quedan las ilustraciones.