Con esquemas de colores sencillos, personajes animales simples y una lista interminable de situaciones desgraciadas, en sus pinturas hay un balance de lo bonito con lo brutal; una tenue línea entre la comedia y la tragedia. En la galería hay tantos. El que los pidió revueltos. El que está más allá de toda esperanza. El que recibe regalos inútiles. Los que cambian de sombrero. El que se mutila. El que no puede salir. El que está prisionero. El que no alcanza. El zoo de Luke Chueh.
