martes, 12 de junio de 2007

On his blindness


Una enfermedad infantil lo dejó casi ciego, así que no empezó a pintar hasta el 2000, cuando cumplió 36 años. Uno de los más importantes representantes del outsider art o art brut, siempre le gustaron el arte primitivo, el arte africano, las máscaras antiguas; cree que el arte debe significar algo, y busca lo simbólico en su trabajo. Además de su problema visual, Jesse Reno padece tendinitis crónica en el cuello; por eso tiene que ubicarse en posiciones forzadas para pintar, y la mayoría de las veces, entre los dos problemas, ni siquiera ve lo que hace. Esas figuras de reyes coronados, demonios, cuentos de hadas, reliquias, bebés en la basura. Claro está, jamás estudió dibujo ni pintura.