sábado, 20 de junio de 2009

La casa de las bellas durmientes


Se ocupa sobre todo de las mujeres japonesas, las mujeres como ella que se sienten oprimidas, que demandan alguna liberación. Por eso, en proyectos como My Grandmothers les pidió a mujeres jóvenes que se imaginaran en cuarenta años, como ancianas, y en roles diferentes a los que la sociedad japonesa espera para ellas. O muestra a las chicas en sus trabajos de shopping y ascensor, tan si vida como maniquíes. Dice que para liberarse hay que matar a los padres, a la familia, ser independientes por completo de ese lazo, psicológicamente. De ese crimen se tratan los cuentos de hadas de la japonesa Miwa Yanagi.