jueves, 5 de febrero de 2009

Los sin rostro


No se les ven las caras. Nunca. A la fotógrafa no le interesa la identidad. Quiere convertir a las personas en muñecos u objetos o incluso, presas abandonadas. Cuelgan de árboles. Pueden estar dumiendo o muertos; pueden ser lo primero que se ve en una escena del crimen. Diana Scherer es alemana, su abuelo era cazador, y ella le tenía miedo a los animales muertos que encontraba colgando de las barras del techo.