Surrealismo victoriano

Fanático de Magritte, empezó a trabajar profesionalmente como tatuador en Georgia, donde vive. Pero más tarde, influenciado por el tatuaje, los surrealistas y la fotografía de Adam Fuss, se abocó al arte digital, espacio que le concedía una mayor libertad. Fotografías intervenidas, fantasías victorianas, mutaciones y reinvención de las cartas del Tarot en el trabajo de Jeffrey Michael Harp. Aquí en myspace.

Perdido en la noche

Fue uno de los nombre centrales del Cinema of Transgression (más aquí) y una de los más buscados en el underground extremo de la Nueva York de los '80. Era, además, fotógrafo, escritor y pintor. Su serie más famosa es la de Rimbaud en Nueva York; también homenajeó a Mishima y San Sebastián, o a Jean Genet, a quien dibujó masturbándose. También hacía stencil. Vivió en la calle, puso el cuerpo, murió de sida en 1992. El arte callejero de David Wojnarowicz.

Dulce y melancólico

Nació en Ohio, trabaja en Los Angeles y lleva al extremo la estética más ingenua e infantil posible sumada a contenidos de de alto riesgo: ataques a niños solos, muchachitos perdidos en el bosque, chicas ante pozos inquietantes, rituales, soledades, sueños violentos. Imágenes aptas para menores de Mark Bodnar.

Huesos sagrados

En 1599, los monjes capuchinos de Palermo descubrieron que en sus catacumbas había algo en el aire que conservaba insólitamente los cuerpos. Los nobles sicilianos insistieron en enterrarse allí: lo lograron más de ocho mil. La más joven: Rosalía Lombardo, muerta en 1920 a los dos años. Los bombardeos de la Segunda Guerra destrozaron muchas momias, pero se conservan más que suficientes. En Roma, la orden capuchina tiene su propia iglesia: la Inmaculada, sobre la Via Veneto. Allí se conserva el osario que guarda los huesos de los monjes, construído alrededor de 1620, con cuatro salas y bellísimas decoraciones. Dentro de la cripta no se permite tomar fotos. Pero algunas se filtran.

Demasiado humano

Entre sus influencias están El Bosco, la pintura medieval, la revista Mad!, Robert Crumb. Nació en Nueva Jersey, vive en Chicago, y entiende sobre degradación y humor grotesco. También sobre lo abyecto y lo mórbido: lo escatológico. Los rostros son su especialidad, y los revoltijos de tripas, que recuerdan la promiscuidad de los cuerpos, de lo que se pudre, de lo orgánico. Obscenidad y vitalismo de Gregory Jacobsen. Su blog aquí.

El sueño eterno

Es uno de los miembros más importantes del movimiento llamado realismo fantástico, o visionario. Lleva adelante elaborados estudios anatómicos para su trabajo. Nació en Missouri, y creció en Kansas; padrastros alcohólicos, la religión y el decadentismo sureño lo convirtieron en un introvertido. Para él lo bello es lo grotesco. Y lo macabro, aquello que expone los detalles más íntimos de la muerte. El arte mórbido de Kris Kuksi.

Muñeca rota

Se llama Kegadoru y es la práctica de vendarse el cuerpo como si debajo hubiera graves lastimaduras. En el distrito más moderno y vanguardista de Tokyo, Harajuku, los hombres van a buscar a estas jóvenes heridas, el última gran fetiche. Y ya hay artistas que se inspiran en el erotismo lastimado, y van mucho más allá de los vendajes: mutilaciones, cicatrices, deformaciones, tortura, misticismo, surrealismo cruel. En el límite: el arte digital de Ichiriduka.

De fábula

Su mundo está inspirado en las eras Victoriana y Eduardiana, pero los personajes no son reales. Viven en un universo alternativo, estáticos posando para la foto, demonios mutantes, clavados en sonrisas crispadas. Reconoce influencias del expresionismo alemán y el film noir. Por eso el uso exclusivo del blanco y negro. Sus criaturas empiezan en sus diarios, donde las dibuja por primera vez, en forma de minitaura de no más de diez centímetros. Retratos de Travis Louie. Aquí el blog, con las historias de sus personajes.

Reina de corazones

Nació en Canadá en 1979, con el corazón del lado derecho. Tuvo que operarse para sobrevivir, y se mudó a Seattle, donde creció como hija única. Ella cree que en estos primeros años de enfermedad y soledad se originaron los temas que más tarde serían parte de su arte: la falta de certezas, el aislamiento, la medicina, los vuelos, el erotismo, los pájaros. Además de enigmas coloridos que nunca se resuelven. Misterios de Anne Faith Nicholls.

Cuerpos extraños

Como fotógrafo, explora la corporeidad y la identidad, manipulando imágenes. Molestos siameses, cuerpos encimados, fetos alados, mutaciones. La disolución de los géneros y de la línea entre ficción y realidad según las fotos de Anthony Crossfield.

Primavera sagrada y otros cuentos de bohemia

Nació en la capital de Checoslovaquia en 1935, y sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial tras pasar años en un campo de concentración para niños cerca de la frontera con Polonia. Recién a mediados de los años 60 empezó a pensar en convertirse en fotógrafo profesional. Confirmó su deseo cuando viajó a Estados Unidos en 1969. Pero cuando volvió a Praga se vio obligado a trabajar en forma clandestina, en sótanos, para evitar a la policía secreta. Así, su trabajo se inclinó hacia la libertad erótica, usando símbolos de corrupción e inocencia. En los '80, se publicó su primer libro en inglés: esto motivó que las autoridades comunistas le permitieran renunciar a su trabajo en una fábrica y pedir un certificado de artista. Fotografía mundos habitados por figuras desnudas o semidesnudas, a veces grotescas; pinta a mano los negativos y suele repetir un fondo idéntico: su influencia proviene de los fotógrafos eróticos de mediados del siglo XIX. También está obsesionado con el crecimiento y el paso del tiempo, la sexualidad perversa, los cuerpos voraces, los cuerpos elegantes, los cuerpos que se liberan, los que juegan y se retuercen. En sus series, como la de Ilaria, suele explorar cambios temporales. También es pintor y con frecuencia reproduce sus fotos. El mito: Jan Saudek.

Big In Japan

Es músico, ilustrador, poeta, dibujante de cómics. Nació en 1957 en Japón, y es fundador de Panorama Hour, un colectivo de artistas que trabajó a fines de los '70 con la estética comprendida entre los períodos Taisho (1912) y Showa (1926), época de gran movimiento social y cultural en su país. Se dedica al erotismo retorcido y modernista: aliens, violaciones y religiosos en plena lujuria. Pero en realidad, lo obsesiona todo lo relacionado con el cuerpo, el sexo ensañado, la violencia y sus avatares. Colecciona insectos y serpientes en formol y le gusta el jazz chino. Keiti Ota, artista multimedia. Más aquí.